porque la idea es que el espacio sea parte fundamental de la experiencia, de forma tal que la percepción de la obra cambie radicalmente si se ve de otra forma. (sí, toda videoinstalación tiene por definición esto... me refiero:
el cuerpo percibe de otra forma (imágenes primigenias, entrada 1). gabriel nos sugirió que esa misma postura (más la primera sin el hombre-feto, pero creo que también funciona) también ocurre cuando uno está en una camilla, en un hospital, siendo intervenido... y ésas sensaciones son sumamente distintas al estado amniótico de protección plena... por tanto se puede jugar con eso.
otra cosa: según mi experiencia (sí, no es lo mismo probar en la casa de uno que en el espacio final de la obra, pero joder, cómo lo voy a probar sino en estas primeras instancias?), es bastante incómodo ver la pantalla de la forma tradicional. Es decir, facilita mucho más la lectura si las imágenes en vez de estar 4:3 están 3:4 ... no sé si se entiende, como decía en la entrada 1. Quizá también se puede jugar con esto, ver qué imágenes se ponen en 4:3, cuáles de la otra forma. Entonces hay que pensar las imágenes ya desde el 3:4, y no adaptar imágenes 4:3 a 3:4 porque se perderá calidad.
igualmente sé que está mal empezar por el formato, además de que habrá que pensar cómo inducir al usuario a acurrucarse del modo feto, y más en el fondo, hay que ver si al seguir con el qué este cómo sigue teniendo validez.
estamos investigando:
_nos falta 1/3 para terminar Tristes Trópicos de Levi Strauss
_revista viva 16/03/08: "Richard Louv es un investigador preocupado por el pobre vínculo que tienen los chicos de hoy con el entorno natural. Tanto es así que creó un nuevo término: déficit de naturaleza. (...) Cuando Louv empezó a indagar sobre este fenómeno, lo hizo con una suposición: si el ser humano se había distanciado de la naturaleza, era porque el entorno natural le quedaba cada vez más lejos. 'Cuando yo era chico y vivía en las afueras de Kansas -dice Louv- sólo tenía que caminar unas cuadras para terminar en el campo. Pero me llevé una gran sorpresa cuando visité las nuevas fronteras que todavía se tocan con áreas verdes: los chicos igual están encerrados adentro. Están jugando videojuegos, en la internet, estudiando, mandándose mensajes de texto.' Pero no sólo es un problema de la atracción de las nuevas tecnologías, que requieren enchufes dentro de casa. El fenómeno 'stranger danger' (el peligro de los extraños): los padres quieren saber dónde están sus chicos a toda hora. En Gran Bretaña, el radio en el que se mueven hoy los chicos se redujo enormemente respecto a generaciones anteriores: sus abuelos se movían en un área de unos 10km a la redonda, mientras que sus nietos no se apartan más de 180m de las puertas de sus casas."
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